Turris
alba, la torre alba,…así se denominaba antiguamente a Torralba, una villa de
origen medieval, su segundo nombre, Ribota,
aparece por primera vez en documentos oficiales a partir del año 1813,
completando su nombre a este bello enclave de la provincia de aragonesa de
Zaragoza como se denomina hoy, Torralba de Ribota.
Hoy
esta localidad, está incluida dentro de la ruta del mudéjar en Aragón,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su
origen posiblemente sea más antiguo de lo que se conoce actualmente, dado que
encontraron restos de piezas cerámicas y monedas de la época romana.
La
historia de la villa comienza en el año 1120 con Alfonso I el batallador, pero
antes sucedió una contienda allá en el año 800 que origen al santuario de la
virgen de la Ciguela.
Se
cuenta, que los cristianos, decididos a acabar con el domino musulmán de la
villa, arremetieron ferozmente en el conocido barranco de “Matamoros” (de esta
historia procede este nombre al barranco), los abordaron con la fe ciega en un milagro acontecido poco antes de
la contienda, pues , escucharon la voz celestial de la virgen de la Ciguela, así
lo resume la tradición:
“En tiempo del rey
Marsilio de Zaragoza estuvo cercada de los moros la villa de
Torralba y
hallando los moros mucha resistencia en su rendimiento, fue conveniencia de los cercados y
del capitán de los moros que salieran a pelear dos cristianos con dos moros, y
los que vencieren fueran dueños
de la villa. Señalaron punto para la
pelea en la falda del Armantes, y los cristianos temiendo alguna traición, porque
salieron de noche a esperar a sus contrarios, antes del amanecer sintieron un ruido
y estando desvelados vieron una luz como sobrenatural y admirados
estuvieron con temor. Fue Dios servido de animarles con una voz que oyeron de
parte de la luz que les dijo:
“Cristianos, esforzaos en el Señor que habéis de vencer”,
con que cobraron todos esfuerzos y ánimo para esperar el fin de la victoria.
Llegada la hora señalada de pelear,y llegados los moros al puesto,
combatieron unos
con otros, les cortaron los cristianos las cabezas y vinieron
triunfantes a la
villa de Torralba, trayéndolas en las puntas de sus armas; y
desde entonces
aquel puesto se llama “Barranco de Matamoros”. Y dentro de
pocos días se
apareció la Madre de Dios sobre el puesto donde pelearon para
confirmar con
evidencia que la Virgen Santísima, resplandeciente con celestiales
luces fue la que
les habló y les animó como capitana en la batalla”.
Por
supuesto, no podemos olvidar tampoco, la constante aparición a un pastor en los
siglos XIII-XIV que apacentaba su rebaño
en el monte Armantes, la encontró junto a un enebro que aun hoy se conserva.
Existe
otra leyenda sobre otro milagro la vieja ermita de la Virgen de Cigüela, en una
pequeña ventana, a media altura del suelo, aparecían dos rejas de hierro. La
tradición-leyenda cuenta que queriendo entrar a robar en el santuario unos
ladrones, se dispusieron a hacerlo por esta ventana , junto a la sacristía de
la iglesia, donde esperaban acceder para llevarse objetos, pinturas de valor,
incluso si la ocasión es propicia, la propia imagen de la Virgen. Cuando
estaban cerca de lograr su objetivo con la reja casi tenían arrancada,
sobreviene el nuevo milagro de la virgen, unas manos misteriosas colocaron otra
reja sobre la que había. Los ladrones quedaron atónitos ante este hecho y huyeron
amedrentados. Desde entonces se mantiene la creencia que es un nuevo prodigio.
Pero en
el año 1976, no pudo intervenir la divina providencia, ocurrió un triste suceso
del cual no se ha recuperado todavía del
dolor que supuso el acontecimiento en la
población de Torralba de Ribota, la imagen fue robada, hoy en día no se sabe
nada de su paradero. Estaba ubicada en su nueva ermita construida en 1968, dado
el abandono y estado ruinoso que se
encontraba la vieja ermita.
Muchas
son las supuestas apariciones y milagros, pero algo ocurrió de nuevo en
nuestros tiempos, en la década de los años 1990, unos testigos afirmaron ver
una enorme sombra merodeando por las ruinas del santuario, la noticia corrió
como la pólvora en todas las localidades próximas a Torralba de Ribota, por
ende, pronto alcanzó los medios de comunicación.
Este
nuevo fenómeno llamó la atención al equipo AB&MP, que acudió al lugar para
corroborar las supuestas sombras que merodean por el recinto, un santuario que
fue abandonado desde 1735, cuando los padres Misionistas abandonaron
paulatinamente el lugar por diversos motivos. Un santuario que posiblemente
estas ruinas en restauración estén construidas sobre una vieja ermita
construida entre los siglos X y XI.
Por
ahora sólo podemos aferrarnos a las múltiples leyendas y los escasos
testimonios del suceso. Nuestras indagaciones en el interior del Santuario no
dieron ningún resultado digno de destacar, tan sólo la admiración, el empeño de
resistencia de una construcción que lucha por mantenerse en pie. Controlamos
todos los rincones posibles para intentar dar una explicación a aquellas siniestras
sombras que relatan en la zona.
Posiblemente
son imaginaciones, sombras naturales que juegan cuando la luz atraviesa los
enormes ventanales, sombras de la fauna
del cielo que sobrevuelan sobre el descubierto y desaparecido techo del Santuario
de la Virgen de la Cigüela y se proyectan en las paredes.
Juan
Dominguez Lasierra en su libro publicado
en 1978, nos relata una leyenda de posibles criaturas humanoides que recorren
la sierra donde se ubica el recinto, la sierra de Armantes, que, quizá, esas sombras son miembros de una olvidada raza de seres que poblaron la
zona, lo describe como unos seres barrigudos, grisáceos y cubiertos de vello, además
de escurridizos, que huyen de nosotros.
¿Será
la sombra de uno de esos seres que comenta el escritor Juan Domínguez? O quizá
alguna alma perdida entre tantas contiendas que ocurrieron en el lugar en
tiempos pasados?
Incluso
nos relatan los más ancianos del lugar, que para nosotros son auténticas
enciclopedias de la historia local, que
un monje se suicidó dada la situación desesperada que se encontraba tanto a
nivel personal como institucional, y os pregunto, si puede ser esa sombra que
han vislumbrado algunos testimonios.
O
podemos decir sin temor que es, como narra una leyenda más, ¿El enigmático monstruo de Armantes? O ¿las
sombras de religiosos? Os recordaré un detalle, desde tiempos de la edad media
debían hacer misas por el descanso de algunos difuntos, tanto en la ermita de
la Virgen de la Cigüela como en la como en la iglesia de Torralba, incluso el
capellán debía vivir en el santuario, ¿Rompieron esta promesa y están las sombras
merodeando sin destino…? ¡ Quien sabe…
Os
dejamos con este magnífico enclave lleno de historia y leyendas, Torralba de
Ribota, y por supuesto, misterio.