El elemento BM.22542 , la maldición.



  
Princesa Amen-Ra
 Esta es la historia de una  momia considerada, maldita, le acusan ciertos sectores del mundo esotérico y paranormal de ser una de las causas del hundimiento del Titanic, incluso la gran responsable  de esa tragedia por esa carga de maldad que conlleva.
Amen-Ra era una princesa egipcia, según estudios históricos la sitúan entre 1050 o 1500 aC . Su tumba en Luxor fue excavada en la década de 1880 por cuatro ingleses muy adinerados, visitaron el sitio de excavación y estando fascinados por el descubrimiento de Amen-Ra, uno de ellos compró la momia y el sarcófago a las autoridades de antigüedades, llevándolos a su hotel. Estos cuatro hombres se convertirían en las primeras víctimas de la maldición. El hombre que compró los restos de Amen-Ra entró en el desierto, unas horas más tarde y nunca fue visto después. Al día siguiente de la visita a las excavaciones de Luxor, otro de los jóvenes fue alcanzado por un disparo de forma accidental por un funcionario egipcio y su brazo tuvo que ser amputado dada la gravedad de la herida. Los dos hombres restantes regresaron a casa sanos y salvos, sin embargo, pero uno de ellos al llegar a su hogar descubrió que estaba arruinado económicamente ya que su banco había quebrado y el cuarto hombre cayó enfermo,  quedándose desempleado y se vio obligado a vender fósforos en la calle para sobrevivir. Una tragedia personal.
La momia cayó en manos de una mujer, cuya vida se convirtió en un tormento, sus animales murieron al día siguiente, ella cayó en coma, pero en un breve estado de lucidez, pidió deshacerse de la imagen y curiosamente su salud mejoró.
British Museum
 De un modo u otro Amen Ra llegó a Gran Bretaña. La momia fue comprada por un hombre de negocios de Londres, quien la donó al Museo Británico en 1889, por unos motivos,  su casa se quemó y tres de sus familiares resultaron gravemente heridos en un accidente de carretera.  Pero la leyenda de esta momia se extiende por su alrededor, se dice que uno de los trabajadores que aquel día ayudó a descargar la momia en el museo se rompió una pierna, un segundo murió misteriosamente y el camión que transportaba a Amen-Ra  arrolló a un peatón.
Cuando Amón-Ra fue puesta en exhibición, los vigilantes nocturnos comenzaron a comunicar a la dirección que unos  fenómenos extraños que ocurrían por la noche, incluyendo como actividad paranormal tipo poltergeist, sonidos de llanto y martillando desde dentro del sarcófago incluyo se llegó a mencionar  vieron una aparición de la misma, cuyo rostro lo describen como horrendo, arrugado y de color verdusco. Las misteriosas muertes también continuaron; uno de esos vigilantes nocturnos falleció inesperadamente y también el hijo de un visitante que sustrajo un pequeño elemento del ataúd.
 Un fotógrafo y periodista decidió investigar la historia de la maldición, pero cuando vio que una de sus fotografías del sarcófago mostraba un rostro humano, se encerró en una habitación y se pegó un tiro. Según las leyendas que nos ofrece el caso se dice que vio un rostro joven, pero al poco tiempo vio como cambió a un rostro de una anciana con un gesto de maldad.

 Amen-Ra fue vendida a una colección privada para acabar encerrada en un sótano. El hombre que supervisó la venta fue encontrado muerto poco después, y uno de sus ayudantes cayó gravemente enfermo. Después de que había sido trasladada a un ático, la conocida ocultista rusa  Helena Blavatsky, visitó el edificio, inmediatamente sintió "una influencia diabólica de intensidad increíble". El propietario pidió a la ocultista exorcizar la momia, pero ella respondió: "No hay tal exorcismo para esto. El diablo continúa diablo por siempre. Nada se puede hacer al respecto. Le imploro librarse de este artefacto diabólico tan pronto como sea posible".
 Amen-Ra fue finalmente vendida a un arqueólogo estadounidense que dispuso todo para el envío marítimo a Nueva York en abril de 1912. Ese barco era  precisamente el Titanic y se hundió el 15 de abril de 1912, significando la muerte para 1517 personas. Por lo general, la historia termina aquí con la momia perdida en el fondo del Océano Atlántico. Sin embargo, a veces se amplió la leyenda y los chismes para culpar a la momia de más desastres marítimos. Se dice que el coleccionista había sobornado a uno de los tripulantes para colocar la momia en un bote salvavidas y así ella hizo de manera segura la travesía a Estados Unidos. 
 La maldición continuó sembrando desgracias en Estados Unidos y el sarcófago con la momia fue enviado en otro trasatlántico, el enorme buque "Emperatriz de Irlanda". El trasatlántico fue golpeado por un carguero noruego de carbón, en el río San Lorenzo, el 29 de mayo de 1914 y se hundió con la pérdida de 1024 vidas. La pieza arqueológica de Amen-Ra volvió a sobrevivir una vez más en una tragedia marítina.  En un último intento de eludir la maldición, la momia de Amen-Ra fue colocada de nuevo en otro trasatlántico y comenzó su viaje de regreso a Egipto. La nave era el “Lusitania” que se hundió en cerca delas costas de Irlanda, el 7 de mayo 1915, después de ser alcanzado por un torpedo disparado desde un submarino alemán en la I Guerra Mundial. Cerca de 1200 personas perdieron la vida en este caso. Se cree que la momia y el sarcófago de Amón-Ra se hundieron con el barco. Estos reportes han circulado más bien como leyendas urbanas, puesto que no hay constancia con base fiable en muchos aspectos sobre los sucesos que se mencionan.
Los estudios sobre la historia de esta maldición nos dicen que es ficticia, no se aferra a la realidad,  pero obviamente todas estas historias se ha vinculado con un objeto de un museo real, el elemento BM.22542 o más conocida como la Momia de la Mala Suerte  que se exhibe  en museo británico. Las historias se creen que fueron alimentadas por el sensacionalismo morboso que difundía  la prensa inglesa por aquellos tiempos, algo que también habitual incluso en nuestros días.

La momia  es en realidad una tabla de la tapa de un ataúd interior, no existe, que tengamos conocimiento, la mencionada momia. Tiene 162cm de largo y data del año 950 o  900 aC. Está decorada con la cara pintada de una mujer, se cree que era una sacerdotisa de Amón-Ra. Fue donada al museo en julio de 1889. Ha estado en exhibición en el Museo Británico desde 1890. La momia del ataúd del que proviene la tapa, no ha salido de Egipto nunca, hasta donde se sabe, según fuentes indican que se encuentra controlada por el ministerio de antigüedades de Egipto.
 En el  Manual de Arqueología Funeraria Egipcia la describe como "decorada con un elaborado pectoral, con figuras de los dioses, símbolos sagrados de Osiris e Isis, y en los pies, dentro de una urna coronada, un cartucho de papiro que contiene el nombre y el prenombre de: Amenofis I, uno de los primeros reyes de la dinastía XVIII y gran benefactor de los sacerdotes de Amón en la ciudad de Tebas.
Lógicamente, esta historia tiene una solución, si los informes del museo británico no han sido manipulados, los propios empleados nos dan la solución al enigma de la maldición de la princesa Amen-Ra.

Uno de los conservadores del museo británico escribió una nota en su cuaderno de trabajo bastante clara: "... ninguna momia que haya hecho cosas de este tipo estuvo jamás en el Museo Británico... La tapa nunca viajó en el Titanic,...jamás fue a América."
Evidentemente, la noticia de que viajó en el Titanic fue lanzada por un periodista amante del movimiento espiritista y del ocultismo, ávido de protagonismo y notoriedad, circunstancia que en nuestras fechas actuales siguen muchos divulgadores lanzando historias sin sentido ni rigor histórico, por lo que no es nada nuevo. Esta difusión surtió un notable efecto entre la sociedad británica en su momento, pero la verdad siempre acaba imponiéndose.
Una historia de maldiciones egipcias, de momias, de nefastos presagios a todo aquel que osara portarla, que acabó siendo una leyenda urbana, pero que  no deja de ser curioso el trabajado historial de desastres.